sábado, 4 de enero de 2025
EL JEFE DE CAMPAÑA DE MADURO?
Según Candelario y su burrico, el jefe de la campaña presidencial de Maduro parece ser Tarek Wiliam Saab.
miércoles, 30 de octubre de 2024
CANTIFLAS AL PODER
Cantinflas al poder
Juan Nuño
Hay un tipo de lenguaje, que los ingleses llaman nonsensical, completamente carente de significado. Muchas veces sucede porque está mal construida una frase, como por ejemplo, afirmar que tres y dos son azul. Otras, porque estando bien formada la expresión, no quiere decir nada: "Los atardeceres digieren los logaritmos al alba”. Ese lenguaje, sin sentido, propiamente insignificante, sólo sirve para hacer reir o, en el peor de los casos, .para hacer poesía, de la mala.
Pero hay otro lenguaje, perfectamente formado, sin fallas sintácticas, con aparente y posible significado y que, sin embargo, es pura retórica, flatusvocis, ruidos fonéticos, con apariencia de discurso bien trabado. El maestro de ese tipo de lenguaje, si no su inventor, fue el genial Cantinflas. Era único: podía hablar tiempo y tiempo, perfectamente articulado, hasta con sentimiento, énfasis y ademanes, y no decir absolutamente nada. Nada: el vacío más completo. El lenguaje como pantalla para tapar la nada. Todo un maestro. Y toda una escuela.
Por eso se habla del cantinflerismo: hablar por hablar. Que no es fácil. Hay que dar la impresión de que se está diciendo algo, de que se está trasmitiendo información, de que existe un contenido, cuando en realidad todo son palabras, sólo palabras, puro viento agitado, un esfuerzo que se agota en sí mismo. Pues bien, el cantinflerismo, que cada día tiende más a ser universal, en Venezuela ha tomado el poder. Nada menos. Debe ser la primera vez que Cantinflas obtiene postmortem un triunfo tan sonado. Todo un gobierno al servicio del cantinflerismo.
Pocas veces se han hecho y se siguen haciendo tantas declaraciones y se pronuncian tantos discursos y se ofrecen tantas promesas. Sin decir absolutamente nada. El más inane de los vacíos. Words. words, more words, no matter from the heart, se quejaba Shakespeare en el quinto acto de Troi lo y Cresida, Words, words, words, le responde Hamlet a Polonio en el acto segundo de la obra. Palabras, palabras. palabras: es todo lo que hasta ahora ha producido este gobierno, por darle algún nombre. El cantinflerismo al frente de un país. La retórica como reemplazo de la política. Hablar por hablar. Que por palabras, no quede.
Pero todos lo saben hace siglos: verba volant. Lo que hace falta son hechos, no palabras: realidades, no discursos: realizaciones, no retórica. ¿Cómo bajar a Cantinflas del trono en que se ha montado? ¿Cómo tener un gobierno que haga, no que hable vaciedades, más o menos hilvanadas?
Pocas ocasiones son tan oportunas como ésta para recordar aquellas palabras que dijera Voltaire, en su divertido Diálogo del Capón y la Gallina: “Sólo se sirven del pensamiento para autorizar sus injusticias y sólo emplean las palabras para ocultar sus pensamientos”. ¿Realmente los tendrán?
Cantinflas al poder
Juan Nuño
Hay un tipo de lenguaje, que los ingleses llaman nonsensical, completamente carente de significado. Muchas veces sucede porque está mal construida una frase, como por ejemplo, afirmar que tres y dos son azul. Otras, porque estando bien formada la expresión, no quiere decir nada: "Los atardeceres digieren los logaritmos al alba”. Ese lenguaje, sin sentido, propiamente insignificante, sólo sirve para hacer reir o, en el peor de los casos, .para hacer poesía, de la mala.
Pero hay otro lenguaje, perfectamente formado, sin fallas sintácticas, con aparente y posible significado y que, sin embargo, es pura retórica, flatusvocis, ruidos fonéticos, con apariencia de discurso bien trabado. El maestro de ese tipo de lenguaje, si no su inventor, fue el genial Cantinflas. Era único: podía hablar tiempo y tiempo, perfectamente articulado, hasta con sentimiento, énfasis y ademanes, y no decir absolutamente nada. Nada: el vacío más completo. El lenguaje como pantalla para tapar la nada. Todo un maestro. Y toda una escuela.
Por eso se habla del cantinflerismo: hablar por hablar. Que no es fácil. Hay que dar la impresión de que se está diciendo algo, de que se está trasmitiendo información, de que existe un contenido, cuando en realidad todo son palabras, sólo palabras, puro viento agitado, un esfuerzo que se agota en sí mismo. Pues bien, el cantinflerismo, que cada día tiende más a ser universal, en Venezuela ha tomado el poder. Nada menos. Debe ser la primera vez que Cantinflas obtiene postmortem un triunfo tan sonado. Todo un gobierno al servicio del cantinflerismo.
Pocas veces se han hecho y se siguen haciendo tantas declaraciones y se pronuncian tantos discursos y se ofrecen tantas promesas. Sin decir absolutamente nada. El más inane de los vacíos. Words. words, more words, no matter from the heart, se quejaba Shakespeare en el quinto acto de Troi lo y Cresida, Words, words, words, le responde Hamlet a Polonio en el acto segundo de la obra. Palabras, palabras. palabras: es todo lo que hasta ahora ha producido este gobierno, por darle algún nombre. El cantinflerismo al frente de un país. La retórica como reemplazo de la política. Hablar por hablar. Que por palabras, no quede.
Pero todos lo saben hace siglos: verba volant. Lo que hace falta son hechos, no palabras: realidades, no discursos: realizaciones, no retórica. ¿Cómo bajar a Cantinflas del trono en que se ha montado? ¿Cómo tener un gobierno que haga, no que hable vaciedades, más o menos hilvanadas?
Pocas ocasiones son tan oportunas como ésta para recordar aquellas palabras que dijera Voltaire, en su divertido Diálogo del Capón y la Gallina: “Sólo se sirven del pensamiento para autorizar sus injusticias y sólo emplean las palabras para ocultar sus pensamientos”. ¿Realmente los tendrán?
lunes, 28 de octubre de 2024
GOLPISTAS
Golpistas
JUAN NUÑO
En la historiografía contemporánea,
el revisionismo designa la corriente
que se propone exculpar al nazismo de sus crímenes, alegando que en realidad no los cometieron o que, si acaso cometieron algunos, sólo hicieron lo que, por lo
demás, siempre se ha hecho a lo largo de la
Historia. Si todos son igualmente malvados, en realidad nadie lo es. Esa tendencia
reivindicadora del nazismo, que comenzó
en Alemania y Francia hace
años, se está extendiendo por todo el mundo. Eso explica que en los Estados Unidos
exista un aspirante a candidato presidencial que haya declarado su admiración por
Hitler y otro, en el Sur, que haya pertenecido a grupos abiertamente nazis. En Europa, aún es peor: los ademanes ya cuentan
con un fuerte resurgimiento de los partidos de extrema derecha; incluyendo a los
neonazis. En Francia, el Frente Nacional
de Le Pen ha logrado un sólido 15% y
obliga a la derecha clásica (sin grandes esfuerzos) a emplear en sus discursos el lenguaje abiertamente racista. En Italia, además de la xenófoba Liga Lombarda, la nieta de Mussolini ha puesto a valer otra vez el nombre del siniestro Duce.
Con tales ejemplos a la vista, no es de extrañar que la tendencia venezolana sea a reivindicar a los golpistas de) 4 de febrero: ahora resulta que, además de patriotas y bolivarianos, son los héroe* del momento, gracias a los cuales se puede rectificar y aún salvar la democracia. Es el mundo al revés, la subversión de los valores políti¬cos. Tanto como decir que gracias al cán-cer pueden los hombres mejorar su salud. Algo así como tener que agradecer a los la¬drones que hayan intentado robar para que nos diéramos cuenta de lo que en rea¬lidad teníamos. ¿Hasta qué punto pueden los golpistas ser los salvadores de la pa¬tria? No estará de más recordar ciertas ex¬periencias, no tan alejadas.
También a la caída del régimen corrup¬to de Isabelita Perón más de uno celebró alborozado la subida al poder de jóvenes oficiales, encabzados por Jorge Rafael Videla. Porque, se decía, además de mili¬tares patriotas y honestos, son argentinos, y Argentina, como es sabido, es un país ci¬vilizado. Lo que sirve para recordar una anécdota de las que llaman personales. Allá por el 47, un joven español, recién lle-gado a Venezuela, huyendo de la larga y asfixiante noche franquista, le preguntó a su profesor de filosofía, el argentino Risieri Frondizi, también en Caracas, también huyendo de la locura peronista, si acaso el régimen de Perón estaba actuando como el de Franco. Frondizi se permitió escan¬dalizarse y darle una lección al joven estu¬diante: “Pero ¿cómo se le ocurre a usted semejante comparación? Tenga en cuenta que Argentina es un país moderno, civili¬zado, prácticamente europeo...”. El joven calló respetuosamente, sin dejar de pensar que precisamente por eso lo preguntaba, pues si mal no recordaba también Alema¬nia era un país moderno o civilizado y cier¬tamente tan europeo o quizá un poco más que Argentina. Y pasó lo que pasó. Mu¬chos años después, ante el mismo Fron¬dizi, ya en otra Caracas, el joven (que mientras, como suele suceder, había dejado de serlo) tuvo ocasión de recordarle a su antiguo profesor sus indignadas pala¬bras. En la Argentina civilizada, moderna y prácticamente europea, habían desapa¬recido más de treinta mil personas y hasta un hermano del profesor había sido asesi¬nado salvajemente por los militares gol- pistas tan patriotas, tan sanmartinianos, tan argentinos. En ese país, no tan alejado de Venezuela, los golpistas, además de ins¬taurar un régimen de terror contra quienes simplemente se atrevieran a pensar, termi-naron por cometer el crimen refinado de secuestrar, de robar a los hijos recién naci¬dos de sus propias víctimas, repartiéndolos como botín de guerra, hasta el punto de que todavía existen centenares de niños desaparecidos que reclaman inútil y deses-peradamente sus abuelas, las conocidas como “abuelas de la Plaza de Mayo”, ma¬dres ya ancianas de aquellos y de aquellas que fueron torturados, violados y desapa¬recidos por los jóvenes y patrióticos mili¬tares golpistas.
Sería bueno tener presente tan edifican¬te ejemplo a la hora de ponerse a entonar loas a cualquier golpista de acá o de allá.
sábado, 26 de octubre de 2024
¿PARA QUé POETAS?
Para qué poetas?
JUAN NUÑO
En los albores del siglo XIX, Hoelderlin lo preguntó acuciante, en su elegía Brod und Weind: “¿Para qué poetas en tiempo de indigencia?". Mucho más tarde, Heidegger, con ese mismo título provocador (Wozu Dichter?, ¿Para qué poetas?), lo intentó responder hacia 1946, con ocasión del vigésimo aniversario de la muerte de Rilke. Pero no lo publicó sino cuatro años más tarde, en la colección de ensayos Holzwege. Su interpretación de Hoelderlin cambió radicalmente el sentido y la visión de esa
poesía.
Al'poco, Jean-Francois Revel, quizá molesto por el tono y las pretensiones metafísicas de Heidegger, respondió con un, desafiante Pour- quoi des philosophes?, que sólo sirvió para desplazar el alcance de la pregunta original de Hoelderlin. No se trata de caer una vez más en la vieja rencilla de filósofos y poetas, nacida de una apresurada e incom-pleta lectura de Platón. Lo que hay que' hacer es tener valor para enfrentarse a la dureza de la cuestión planteada por el poeta alemán hace dos siglos: ¿Para qué los poetas, en tiempos de escasez? Bien difícil lo tendría quien pretendiera negar la indigencia, la escasez, la poquedad, la exigüidad del tiempo que vivimos. Quizá otro también lo haya sido, quizá en, definitiva lo sean todos para quienes los sufren, pero éste en especial y en este rincón del mundo en particular es un tiempo duro, disminuido, ralo, insignificante y raquítico.
No se piense que los malos tiempos políticos son los que agotan la poesía. Ahí están los nombres gigantescos de Pasternak, Mandelstam y Ajmatova para probar lo contrario. Peores tiempos políticos que lo fueron los stalinistas son tiifícilmente imaginables. Y fue justo entonces cuando la voz pura de la poesía mantuvo en alto la dignidad de los hombres. Hay poquedades y parvedades peores que las opresiones políticas. Cuando la cultura se domestica, se oficializa, se burocratiza, llegado es el tiempo de insuficiencia, disminución y miseria intelectual. Entonces es válido preguntar, otra vez sin respuesta, para .qué poetas.
Se inquiere no porque no los haya, sino más bien porque sobran. O los muchos que hay no cumplen con la función irrenunciable de la poesía: ser la voz del futuro y no limitarse a vivir de las migajas del presente ni a caer en la ramplonería cotidiana o en el triste paisaje de las almas urbanas y aquietadas. Para qué poetas si con los que existen puede llenarse una academia y varios ministerios. Ahí está la raíz del daño. Mucho quejarse de los viejos poetas melancólicos, empapados de alcohol, arrastrando una vida mísera y difícil para reemplazarlos por poetas subsidiados, bien arrellanados en asientos oficiales, seguros
del cheque mensual y de la renovación de contratos con el gobierno que sea. Poetas acomodaticios, cor-tesanos, pulidos en el encorvante oficio de las adulaciones y las zamarrerías con quienes momentáneamente manden. ¡Cómo no va a ser tiempo de indigencia si hasta la poesía se viste de carné político y se reparten cargos y prebendas!
Ganas entran de pedir que vuelvan los viejos poetas del alcohol y de la bohemia, de Verlaine a Gerbasi, Eran poetas: seres que tienen la extraña cualidad de pensar en imágenes y de exponer las ideas con formas y sonidos de insondable belleza.
Nada menos que Aristóteles, en el noveno libro de su Poética lo afirma: “La poesía es más filosófica y de más valor que la Historia”. Se entiende: la auténtica poesía, aquella quizá que caracterizó alguien que sabia ser poeta, John Keats: "Si la poesía no sale tan natural como las hojas de un árbol, mejor que no salga jamás”.
viernes, 29 de abril de 2022
ESTAMOS PARA REGALAR
¿Estamos para regalar?
Por El Nacional -abril 29, 2022
APÓYANOS
Ralph Gonsalves tiene mucho que agradecerle a Nicolás Maduro y a Hugo Chávez. En los 20 años que tiene como primer ministro de San Vicente y las Granadinas ha recibido asistencia pronta, eficaz y milmillonaria para él y para la isla sin pedirle nada a cambio, o muy poco, uno que otro voto en ciertas sesiones de la OEA. El último regalo, 70 millones de dólares de la deuda con Petrocaribe.
Cualquiera diría que es una nimiedad, que esa factura no representa mucho, pero va sumando. En 2017 la deuda acumulada era de 185,23 millones de dólares y al año siguiente se le perdonaron casi 30 millones. Saque usted la cuenta, estimado lector. ¿Cuántos vasos de leche se compran con 100 millones de dólares?
Esta isla ha sido tratada con preferencia desde la época de Hugo Chávez. En Kingstown firmaron él y Gonsalves el acuerdo de Petrocaribe en 2005 y desde allí comenzó una “amistad” bastante asimétrica que ha consistido mayoritariamente en que Venezuela le financia a San Vicente muchos proyectos, comenzando por el aeropuerto que pagó Miraflores completico y que fue objeto de muchas denuncias por corrupción de los partidos opositores isleños.
Esta estrecha relación de más de 20 años ha hecho olvidar totalmente que Venezuela mantiene una discusión limítrofe con la isla que por muchos años (en la era democrática) trató de definirse de la mejor manera para ambas naciones. Ya no debe quedar nadie especializado en este tema en la Cancillería y mucho menos deben los representantes diplomáticos venezolanos tratar el asunto, pues los embajadores designados no han sido especialistas en la materia. Pero eso no importa, porque el objetivo que tuvo Chávez desde el inicio fue mantener contento al gobierno de la isla para que representara un peso en la balanza a la hora de ciertas votaciones en organismos multilaterales.
El gobierno de Gonsalves ha sabido aprovecharse muy bien de esta circunstancia. En esta oportunidad no solamente le condonaron la deuda, sino que también van a recibir la donación de 100 casas, más fertilizante y asfalto, como si sobraran en el país. Se han quejado los agricultores venezolanos de que les faltan estos insumos, pero parece que a Maduro le conviene más beneficiar las islas del Caribe.
¿Cuál será la verdadera motivación para este gesto tan magnánimo de Miraflores de regalar lo que a los venezolanos tanta falta les hace? Genera suspicacia que condonemos deudas tan felizmente, como si a Venezuela le sobraran los recursos financieros. La producción de combustible ha aumentado en el primer trimestre del año, pero no como para regalar y los millones de la factura que dejan de pagarle al país podrían ser invertidos en tantas necesidades de la población.
Hubo una época en la que Venezuela era adorada por los países caribeños porque los ayudaba en su desarrollo, pero esos planes eran ampliamente discutidos por el Congreso antes de ser aprobados y aplicados, así funciona una democracia, no como si se tratara de la hacienda personal.
No hay manera de justificar una medida que de paso se toma sin pedir permiso, como si se tratara de dinero del bolsillo de Maduro. Si él quiere abonar el terreno para tener un lugar seguro donde veranear, ese es su problema. Pero el dinero de los venezolanos debe invertirse en los venezolanos.
martes, 26 de abril de 2022
EDITORIALES DE EL NACIONAL
Las parcelas del PSUV
Por
El Nacional
-
abril 26, 2022
En el Partido Socialista Unido de Venezuela tienen una peculiar manera de escoger a la directiva. Nicolás Maduro dice los nombres y en menos de cinco segundos, «con la señal de costumbre», todos son reelectos “por unanimidad”. Libre Dios que alguno de los asistentes al congreso oficialista se le ocurra proponer un candidato distinto o siquiera insinuarlo. El debate, aunque digan que lo hubo, fue nulo. Así, entonces, el sucesor que Chávez designó a dedo fue ratificado en el cargo y Diosdado Cabello en la segunda posición.
Esto no es novedad, como tampoco lo son las cuotas de poder que se repartieron entre los hermanos Rodríguez, la primera combatiente, el gobernador de Miranda y los mismos de siempre. Con este proceder quedan en claro varios aspectos. El primero, que no hay chance para nadie más que desee aportar algo al partido oficialista. Básicamente, no hay corrientes, nuevas propuestas, debates ni discusiones, aunque sí se puso el “ejecútese” a un código de honestidad, disciplina y ética. Allí la palabra clave es “disciplina”, como si fueran soldados, no militantes de una organización que supuestamente “escucha la voz del pueblo”. ¡Qué nadie se resbale, pues!
Los que están agarrados al coroto en Miraflores son los mismos que dirigen el PSUV, “el verdadero chavismo”, lo llama el líder de la tolda, con lo que hace una advertencia velada a los que se declaran “no maduristas”. Y he allí la segunda conclusión. El congreso del partido rojo rojito sirvió para ratificar las reparticiones que se hacen en la cúpula. Es más que evidente que hay dos bandos, pero la sangre no ha llegado al río. Han logrado momentáneamente el equilibrio entre las cuotas de poder y otros beneficios para que la organización no implosione.
Pero con el código de “disciplina y ética” puede comenzar la persecución de unos y otros con la excusa de la lucha anticorrupción. Aunque hay que estar claros, si nunca han actuado contra ese flagelo, ¿van a empezar a hacerlo ahora, después de más de 20 años en el gobierno? Sencillamente agarrarán a los más tontos para mandar mensajes a los peces gordos que no entren en el redil (o en las redes).
Les dio ahora por luchar contra las “mafias” de los hospitales, la gasolina y la chatarra, pero Maduro nada dijo sobre el narcotráfico o la extracción ilegal de minerales. Harán anuncios estruendosos como el del alcalde preso por lo del combustible solo para efectos propagandísticos y después se olvidarán del código hasta que alguno de otro bando se convierta en una piedra en el zapato.
¿Los asistentes al congreso sabrán lo que vale para la directiva su opinión? El que crea que el PSUV es un partido político democrático es tiempo de que vaya despertando del sueño. Es más una pantomima para repartir cargos y poner a los amigotes en donde puedan beneficiarse. Pero eso sí, que no se les olvide que el perdonavidas es Maduro y que Cabello lo persigue con un mazo… ¿o más bien un serrucho?
martes, 18 de mayo de 2021
Kafka renace en el sistema de justicia venezolano
Por
El
-
mayo 18, 2021
El proceso de Franz Kafka es una obra que recoge literariamente lo que ocurre en los tribunales, al tiempo que narra la historia de Joseph K. Lo que sucede en la novela es paradójico y hasta inverosímil, porque en su proceso se invierte la carga de la prueba y también la presunción de inocencia. K se enfrenta a una burocracia pesada, corrompida, y el proceso se convierte en el primer obstáculo para la realización de la justicia.
La ficción kafkiana hay que recordarla en momentos en que el Tribunal Supremo de Justicia, en un intento de reactivar la actividad judicial, reglamenta una solución digital para permitir a los usuarios del sistema de justicia realizar sus actividades por medios digitales. Así tenemos la sentencia de la Sala de Casación Civil N° 111 del 11 de mayo pasado, que exigió la presentación en forma presencial de un escrito que ya se había presentado en forma electrónica. Si se pretende presentar un recurso o un escrito judicial, hay que enviar un correo, pedir una cita, esperar respuesta para luego presentar el mismo escrito de manera personal. Todo un recorrido burocrático e innecesario.
El asunto es aún más grave porque el abogado que se traslada a la sede del Tribunal Supremo de Justicia para presentar sus escritos, a la hora que le ha sido fijada, es sometido a una larga espera que supera las tres horas. Aquí hay una violación de los derechos humanos, al dificultar con trabas burocráticas la presentación de los escritos y exponer a los abogados a riesgos innecesarios en tiempos de pandemia. Los colegios de abogados deberían exigir respeto para sus afiliados.
Los sistemas judiciales de Europa y América han diseñado soluciones para facilitar los procedimientos entre los usuarios. Audiencias virtuales, notificaciones y presentación de escritos por vía electrónica han sido implementados para vencer los obstáculos de la pandemia. Y estos sistemas judiciales han podido continuar sus actividades sin cortapisas. Aquí lo que hacemos es poner más trabas a los abogados.
Los procesos judiciales no pueden escapar al impulso de la tecnología. Quien no se adapta, está destinado al fracaso. Pero para ello se necesita de una infraestructura tecnológica y de un servicio eléctrico confiable. Las fallas de los servicios dificultan aún más a la administración de justicia ¿Cómo llevar a cabo una audiencia telemática bajo el riesgo de una caída de electricidad?
Todo esto ha sido planteado por un comunicado de fecho 12 mayo, suscrito por un grupo de más de 20 abogados que presentan una ristra de observaciones a estas fallas que está dificultando el ejercicio de la abogacía. Es una manera de violar el derecho constitucional a una justicia sin formalismos que garantice el principio de igualdad ante la ley
El referido comunicado destaca que se creó una duplicidad en las actuaciones judiciales: se requiere la presentación digital de la actuación judicial y, al mismo tiempo, se exige su presentación en físico a la sede del tribunal. Y es esta última la única que tiene valor. Y esto ha sido ratificado por la sentencia N°111 que se mencionó antes.
Es obvio que el necesario distanciamiento social que se recomienda por pandemia, se rompe al obligar a los abogados a trasladarse a la sede del tribunal es exponerle a un riesgo innecesario. Esto se agrava en el caso de los abogados que viven en el interior del país. La visión autoritaria y burocráticas del socialismo se impone sobre el sentido de justicia.
No hay duda de que el futuro de las actividades de los procesos judiciales tiene en el desarrollo de las tecnologías digitales un aliado necesario para garantizar el ejercicio, la protección y el desarrollo de nuestros derechos y libertades. Pero nada de ello se logrará en un ambiente autoritario, en el cual los jueces están más atados a las visiones burocráticas que a impartir justicia a todos por igual.
Para que sea posible que la tecnología pueda ofrecernos sus virtudes debe hacerse en un ambiente democrático, con separación de poderes en el que prevalezca la figura del juez independiente. De lo que se trata es impedir que una visión totalitaria del ejercicio público utilice la tecnología para hacer a los ciudadanos cada vez más dependientes del Estado y cercenar las libertades.
El proceso digital sin democracias y sin libertades es un ejercicio retórico sin ninguna incidencia en la administración de la justicia. Por eso es necesario oír la voz de los abogados.
El peor enemigo del ciudadano que invoca justicia es el mamotreto burocrático que se ha diseñado desde que comenzó la pandemia. Son tan siniestros que nos hacen recordar a Franz Kafka.
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