Muchas veces en periódicos de otros países se encuentran
informaciones y datos sobre el nuestro, que nuestros medios (nos incluimos)
omiten. Por ejemplo, leyendo la Folha de Sao Paulo, el prestigioso
cotidiano brasileño, el lector puede encontrarse con un dato
tan sorprendente como el que de seguidas pasamos a comentar. De acuerdo
con la Folha paulista en el presupuesto venezolano para el 2014 se
puede leer una información que llama poderosamente la atención.
En ese balance de ingresos y gastos del país nos encontramos con que
los gastos personales del presidente de la República son 16
veces más altos que los de la reina de Inglaterra, estimados ambos en
euros. No es concha de ajo, porque aún admitiendo que en el
presupuesto presidencial venezolano se incluyen rubros no
contemplados en el británico, dado que los monarcas ingleses revisten
un carácter sobre todo simbólico, la diferencia, sin embargo,
es demasiado brutal como para ser obviada. Esto significa que,
traducidos a euros, el primer mandatario venezolano gasta 1,8
millones de euros cada día, es decir, 698 millones al año. Haga usted
mismo el cálculo multiplicando esa cantidad por los bolívares
que equivalen a 1 euro y se encontrará con cifras que lo harán caer
sobre sus posaderas. Esto trae a la memoria aquellos días en los
cuales el fallecido presidente Chávez se ufanaba de que su gobierno
sería el más austero de la historia.
Lo que nos ha resultado, en verdad, es el más dispendioso de todos
cuantos ha habido en nuestra ricachona historia de país petrolero,
dado a gastar sin tasa ni medida todo cuanto cae en sus manos, sin
la más mínima previsión acerca del futuro. Pero lo de estos tiempos
chavistas y neochavistas ha excedido todos nuestros propios records.
Podría alguien atreverse a asegurar que proporcionalmente, nuestro
gasto público por habitante es superior al de Brasil, con sus
casi 200 millones de habitantes. Una tontería.
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