Marcos Camacho, más
conocido por el sobrenombre de Marcola, es el máximo dirigente de una
organización criminal de Sao Paulo (Brasil) denominada Primer Comando de la
Capital (PCC).
Las respuestas de
Marcola nos aproximan a lo que puede ser el futuro de la delincuencia común
en América Latina.
O Globo: ¿Usted es del PRIMER COMANDO
DE LA CAPITAL (PCC)?
Marcola: Más que eso, soy una
señal de estos tiempos. Yo era pobre e invisible. Ustedes nunca me miraron
durante décadas y antiguamente era fácil resolver el problema de la
miseria. El diagnóstico era obvio: migración rural, desnivel de renta,
pocas villas miseria, discretas periferias; la solución nunca aparecía…
¿Qué hicieron? Nada.
¿El Gobierno Federal
alguna vez reservó algún presupuesto para nosotros? Nosotros sólo éramos
noticia en los derrumbes de las favelas en las montañas o en la música
romántica sobre “la belleza de esas montañas al amanecer” …
Ahora somos ricos
con la multinacional de la droga. Y ustedes se están muriendo de miedo.
Nosotros somos el inicio tardío de vuestra conciencia social.
O Globo: Pero la solución sería…
Marcola: ¿Solución? No hay solución,
hermano. La propia idea de “solución” ya es un error.
¿Vio el tamaño de
las 560 favelas de Río? ¿Anduvo en helicóptero sobre la
periferia de Sao Paulo? ¿Solución, cómo? Sólo la habría con muchos millones
de dólares gastados organizadamente, con un gobernante de alto nivel, una
inmensa voluntad política, crecimiento económico, revolución en la
educación, urbanización general y todo tendría que ser bajo la batuta casi
de una “tiranía esclarecida” que saltase por sobre la parálisis burocrática
secular, que pasase por encima del Legislativo cómplice. Y del Judicial que
impide puniciones. Tendría que haber una reforma radical del proceso penal
del país, tendría que haber comunicaciones e inteligencia entre policías
municipales, provinciales y federales (nosotros hacemos hasta “conference
calls” entre presidiarios…)
Y todo eso costaría
billones de dólares e implicaría un cambio psico-social profundo en la
estructura política del país.
O sea: es
imposible. No hay solución.
O Globo: ¿Usted no tiene miedo de
morir?
Marcola: Ustedes son los que tienen
miedo de morir, yo no. Mejor dicho, aquí en la cárcel ustedes no pueden
entrar y matarme, pero yo puedo desde aquí mandar matarlos a ustedes allí
afuera. Nosotros somos hombres-bombas. En las villas miseria hay cien mil
hombres-bombas.
Estamos en el centro
de lo insoluble mismo. Ustedes en el bien y el mal y, en medio, la frontera
de la muerte, la única frontera. Ya somos una nueva “especie”, ya somos
otros bichos, diferentes a ustedes.
La muerte para
ustedes es un drama cristiano en una cama, por un ataque al corazón. La
muerte para nosotros es la comida diaria, tirados en una fosa común.
¿Ustedes,
intelectuales, no hablan de lucha de clases, de ser marginal, de ser héroe?
Entonces ¡llegamos nosotros! ¡Ja, ja, ja…! Yo leo mucho; leí 3.000
libros y leo a Dante, pero mis soldados son extrañas anomalías del
desarrollo torcido de este país.
No hay más
proletarios, o infelices, o explotados. Hay una tercera cosa creciendo allí
afuera, cultivada en el barro, educándose en el más absoluto analfabetismo,
diplomándose en las cárceles, como un monstruo Alien escondido en los
rincones de la ciudad. Ya surgió un nuevo lenguaje. Es otra lengua.
Está delante de una
especie de post-miseria.
La post-miseria
genera una nueva cultura asesina, ayudada por la tecnología, satélites,
celulares, Internet, armas modernas. Es la mierda con chips, con megabytes.
O Globo: ¿Qué cambió en las periferias?
Marcola: Dinero. Nosotros ahora
tenemos. ¿Usted cree que quien tiene 40 millones de dólares como Beira Mar
no manda? Con 40 millones de dólares la prisión es un hotel, un escritorio…
¿Qué policía va a quemar esa mina de oro? ¿entiende? Nosotros somos
una empresa moderna, rica. Si el funcionario vacila, es despedido y
“colocado en el microondas”.
Ustedes son el
estado quebrado, dominado por incompetentes.
Nosotros tenemos
métodos ágiles de gestión. Ustedes son lentos, burocráticos. Nosotros
luchamos en terreno propio. Ustedes, en tierra extraña. Nosotros no
tememos a la muerte. Ustedes mueren de miedo.
Nosotros estamos
bien armados. Ustedes tienen calibre 38. Nosotros estamos en el ataque.
Ustedes en la defensa. Ustedes tienen la manía del humanismo. Nosotros
somos crueles, sin piedad. Ustedes nos transformaron en “súper stars”
del crimen. Nosotros los tenemos de payasos. Nosotros somos ayudados por la
población de las villas miseria, por miedo o por amor. Ustedes son odiados.
Ustedes son regionales, provincianos. Nuestras armas y productos
vienen de afuera, somos “globales”. Nosotros no nos olvidamos de ustedes,
son nuestros “clientes”. Ustedes nos olvidan cuando pasa el susto de la
violencia que provocamos.
O Globo: ¿Pero qué debemos hacer?
Marcola: Les voy a dar una idea, aunque
sea en contra de mí. ¡Agarren a “los barones del polvo” (cocaína)! Hay
diputados, senadores, empresarios, hay ex presidentes en medio de la
cocaína y de las armas. ¿Pero quién va a hacer eso? ¿El ejército? ¿Con qué
plata?
No tienen dinero ni
para la comida de los reclutas. Estoy leyendo “Sobre la guerra”, de
Clausewitz. No hay perspectiva de éxito. Nosotros somos hormigas
devoradoras, escondidas en los rincones. Tenemos hasta misiles
anti-tanque. Si embroman, van a salir unos Stinger. Para acabar con
nosotros… solamente con una bomba atómica en las villas miseria. ¿Ya pensó?
¿Ipanema radiactiva?
O Globo: Pero… ¿No habrá una solución?
Marcola: Ustedes sólo pueden tener
algún éxito si desisten de defender la “normalidad”. No hay más normalidad
. Ustedes necesitan hacer una autocrítica de su propia incompetencia. Pero
siendo francos, en serio, en lo moral. Estamos todos en el centro de lo
insoluble. Sólo que nosotros vivimos de él y ustedes no tienen salida.
Sólo la mierda. Y
nosotros ya trabajamos dentro de ella. Entiéndame, hermano, no hay solución.
¿Saben por qué? Porque ustedes no entienden la extensión del
problema. Como escribió el divino Dante: “Pierdan todas las esperanzas.
Estamos todos en el infierno”.
Los argentinos ya
están dentro de este mismo sistema. Nuestro mayor logro, que ahora es
aplicado por ellos, fue el garantismo jurídico, el progresismo y la
corrupción política y policial. Ellos pronto estarán peor que nosotros,
porque tienen la guerrilla ya instalada, que apoya cualquier tipo de caos.
Y en Venezuela,
tenemos a nuestro mejor discipulo, Hugo Chavez, en solo 10 años destruyo un
pais emergente, con mucho potencial de super desarrollo, cosa que a nuestro
padre Fidel le costo mucho mas tiempo, Chavez es mas importante porque esta
en el poder colocado por el soberano pueblo marginal analfabeto, ayudado
por las propias fuerzas armadas, ahora en manos de una gran cantidad de
changaras infiltrados durante muchos años en su seno, con proteccion
pagada a Cuba y con permiso del mismo imperio para desplazarse libremente
por el mundo sembrando su veneno en otros paises que tambien se han
descuidado y se preocupan por otras cosas sin importancia y NO QUIEREN ver
lo que esta haciendo el ANTICRISTO DEL SIGLO XXI. Analice usted quien
subvenciona, quien paga a Chavez, los unicos dolares que recibe, los recibe
del imperio, mas nadie le paga el petroleo y el los maldice todos los dias.
Muchas gracias por
la entrevista y lo unico que me queda por decirles es: JODANSE, lloren como
mujeres, lo que no supieron defender como hombres.
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