Fotografía: Cristhoferson Zamora
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El papa Francisco se ocupa de Venezuela.
Luego del ángelus, desde la plaza de San Pedro en el Vaticano hizo un llamado
“por la dignidad de cada persona y por la sacralidad, o sea, por el carácter
sagrado de cada vida humana”.
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El papa Francisco se ocupa de
Venezuela. Luego del ángelus, desde la plaza de San Pedro en el Vaticano hizo
un llamado “por la dignidad de cada persona y por la sacralidad, o sea, por
el carácter sagrado de cada vida humana”. También pidió la intercesión de
Nuestra Señora de Coromoto, patrona de Venezuela, a quien le rogó por el
destino de nuestro país. Se refirió a la situación venezolana después de
condenar la persecución y el asesinato de cristianos en Siria y en Irak.
Me permito insertar el texto de la
mención de S. S. el papa Francisco sobre Venezuela: el Pontífice aseveró que
reza por otra situación dramática, la que está viviendo Venezuela. “Deseo
recordar también -dijo Francisco- a Venezuela, que está viviendo nuevamente
momentos de aguda tensión”. Y afirmó: “Rezo por las víctimas, en particular
por el joven asesinado pocos días atrás en San Cristóbal”. Por supuesto, se
refería al caso de Kluiverth Roa, cuya muerte ha conmovido la conciencia de
todos los venezolanos.
“Exhorto a todos -expresó el Santo
Padre- a rechazar la violencia y a respetar la dignidad de cada persona y la
sacralidad de la vida humana, y los animo a que retomen un camino común para
el bien del país, reabriendo espacios de encuentro y de diálogo sincero y
constructivo”.
El Papa concluyó sus palabras
poniendo bajo la protección de María al país: “Confío aquella querida nación
a la materna intercesión de Nuestra Señora de Coromoto”.
Ojalá todos le prestemos atención a
la palabra del Santo Padre y ojalá todos nos dispongamos a acatarla y a
actuar en consecuencia.
Desde hace 15 años prevalece en
nuestro país la cultura de la confrontación. La estrategia del actual
gobierno desde el primer día fue la de confrontar, la de dividir a los
venezolanos entre buenos y malos hijos de la patria, entre revolucionarios y
contrarrevolucionarios, entre amigos del imperio y enemigos del
imperio.
Todo el tiempo se nos ha ido en una
infecunda pelea mientras la economía se convierte en un desastre e irrumpe el
desabastecimiento, la inflación y la inseguridad.
¡Ya basta de pleitos inútiles! Es el
momento de recuperar un sentimiento de unidad nacional y retomar, como lo
pide el Santo Padre, “un camino común para el bien del país reabriendo
espacios de encuentro y de diálogo sincero y constructivo”.
Seguiremos conversando.
Eduardo Fernández
@efernandezve
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