Hoy es 28 de Diciembre de 2015, fecha en que se conmemora la muerte de niños pequeños ordenada por Herodes, Rey de Judea con el ánimo de acabar con el anunciado Mesías recién nacido en un establo de Belén, cumpliéndose asi lo dicho por el profeta Jeremias(31:15) «Un clamor se ha oído en Ramá, mucho llanto y lamento: es Raquel que llora a sus hijos, y no quiere consolarse, porque ya no existen.»
Sea propicia la ocasión para que no olvidemos a los miles de niños que en Venezuela están sometidos a trabajos pesados y abusivos, en algunas regiones del mundo son parte de la soldadesca levantada en armas de uno y otro bando y aquellos que sobreviven estan a la espera de que los estados e instituciones humanitarias lleguen a ellos con soluciones básicas para acceder, al menos, a los Derechos Humanos. En nuestro país, lo que una vez fue una promesa, “acabaré con los niños de la calle” se diluyó en el abismo de la perorata mas extensa de nuestra historia republicana.
Tampoco olvidemos a los niños y niñas discapacitados, y menos aun a quienes nacen signados por deficiencias motoras o de entendimiento . Para todos ellos nuestro afecto y nuestro cariño.
Y como no, recordemos y ayudemos a todas las instituciones y organizaciones, que pasan los meses del año atendiendo a la infancia y sanando enfermos. Son titanes del amor, verdaderos héroes y heroínas que han hecho de los niños y niñas su razón de existir y no escatiman esfuerzos por hacerlos sonreír y cultivar la esperanza aún en sus terribles condiciones.
Cada diciembre, tal día como hoy 28 para ser más precisos, los venezolanos practicamos bromas a familiares, amigos, compañeros de estudios o trabajo. Así convertimos en una celebración lo que debe ser una conmemoración.
Los chalequeos abundan. Con ello hacemos algo muy particular: nos declaramos inocentes ante una broma engañosa.
Ahora bien, la ingenuidad ha ido languideciendo y hemos dejado de ser inocentes. Dicen que un fenómeno semejante ha ocurrido en los países que han enfrentado grandes conflictos, como guerras. Y que una de las consecuencias de los gobiernos autocráticos y abusivos es convertir a la gente del común en personas agresivas, en defensa propia.
Se ha convertido en Venezuela un lugar común el echar las culpas a la oposición política , a los periodistas, los estudiantes y a los empresarios, para liberar al gobierno y a los poderes públicos de responsabilidad y, seguir, lavándose las manos cual Poncio Pilatos.
En nuestro país ya no somos inocentes, llegamos al día de los inocentes de 2015 sin una pizca de inocencia. El 6 de Diciembre lo demostramos en las urnas electorales. En este proceso profundamente destructivo y alienante es claro que algunos son más culpables que otros, pero inocentes …¡no hay!!! El Presidente de la Republica sigue siendo Nicolás Maduro, el Gobernador del Estado Bolívar sigue siendo Francisco Rangel Gómez y el Alcalde Sergio Hernández. El país destruido nos tiene que doler a todos, y los responsables no pueden eludir su responsabilidad.
¡Inocentes!!!....no hay
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