martes, 9 de agosto de 2016

ENTRE DEL PINO Y JAUA


PEDRO PABLO FERNÁNDEZ



El 7 de octubre los venezolanos fuimos convocados a elegir un presidente, no a elegir un programa de gobierno. Cuando voto por un presidente elijo a un líder con unos valores y con una idea, pero no lo amarro con un programa.






La caída de los precios del petróleo puso a nuestro país en una situación desesperada. Las escasas divisas que recibimos por la venta del petróleo no nos alcanzan para satisfacer la necesidad de importación que tiene el país.



No tenemos dólares para comprar la comida, ni las medicinas y mucho menos para obtener las materias primas que necesita la industria para su reactivación.



Resolver el problema de desabastecimiento y derrotar la inflación que tiene destruida la capacidad de compra, va a requerir de muchas inversiones. Esas inversiones tienen que venir del sector privado porque el Estado está quebrado.



El Ministro de Petróleo y Presidente de PDVSA, Eulogio Del Pino, planteó recientemente la necesidad de ir a un nuevo modelo de desarrollo de la Industria petrolera, con mayor participación del sector privado, y reconoció el error que se cometió con el proceso de estatizaciones.



Esas declaraciones son la aceptación de un hecho innegable: la política de expropiaciones nos hizo un daño tremendo. Rectificar ya, en este momento, es una obligación moral porque la crisis se profundiza todos los días y cada vez va a ser más difícil y costoso superarla.



Elias Jaua, irreductible defensor del socialismo de siglo XXI, inmediatamente reaccionó preguntando: "¿Será que Del Pino olvida que hay un plan de la patria aprobado por el voto popular y hecho Ley de la República? !viva Chavez!.



Si aceptamos como cierto que el 7 de octubre de 2012, cuando la mayoría de los votantes eligió a Chávez también aprobó el Plan de la Patria, el 6 de diciembre, al votar masivamente por la oposición, también derogó el susodicho Plan. El 7 de octubre los venezolanos fuimos convocados a elegir un presidente, no a elegir un programa de gobierno. Cuando voto por un presidente elijo a un líder con unos valores y con una idea, pero no lo amarro con un programa. Por el contrario procuro que tenga capacidad de corregir y rectificar cuando las cosas que hace no funcionan o cuando las circunstancias cambian.



Las condiciones cambiaron. El Plan de la Patria es inviable sin los recursos infinitos con los que contó Chávez. Ninguno de los 5 objetivos planteados en él se va a cumplir si no se lleva adelante con valentía e inteligencia una rectificación profunda.



No se está "defendiendo, ni expandiendo, ni consolidando el bien más preciado que hemos reconquistado después de 200 años: La independencia Nacional" (primer objetivo del Plan de la Patria), sino todo lo contrario. Cada día nuestra economía se hace más vulnerable y más dependiente de las importaciones del "imperio".



Tampoco se está "Construyendo el socialismo del siglo XXI, como alternativa al modelo salvaje del capitalismo, ni estamos asegurando la mayor suma de seguridad social, la mayor suma de estabilidad política y la mayor suma de felicidad para nuestro pueblo" (segundo objetivo). Por el contrario, los avances que hubo en los indicadores de pobreza, logrados gracias a la abundancia petrolera, vienen sufriendo un deterioro alarmante, hasta el punto de que hoy la gente no consigue comida y cuando la consigue no tiene para pagarla.



No se está "convirtiendo a Venezuela en un país potencia en lo social, lo económico y lo político dentro de la gran potencia naciente de América Latina y el Caribe (tercer objetivo) todo lo contrario, mientras otras economías de América Latina crecen y superan la pobreza con políticas que incentivan inversiones, nosotros hemos pasado a ser el país con peor desempeño económico y social.



Mucho menos se está cumpliendo con los otros objetivos: ni se está contribuyendo a “crear un mundo multicéntrico y pluripolar que permita lograr el equilibrio del universo y garantice la paz planetaria”; ni se está contribuyendo con “la preservación de la vida en el planeta y con la salvación de la especie humana".



No hay manera de cumplir ninguno de estos objetivos si no se toman medidas de rectificación  que permitan reactivar el aparato productivo y para eso, por ahora, sigue siendo fundamental aumentar la producción petrolera a nuestra máxima capacidad.



Los venezolanos necesitamos desesperadamente dólares para comer y para reactivar el aparato productivo y la forma más rápida de obtenerlos es recuperando la producción petrolera. Del Pino anunció la firma de cuatro acuerdos de cooperación entre PDVSA y la gigante rusa Rosneft, con una inversión de más de 20 mil millones de dólares. Son las empresas privadas las únicas que tienen la posibilidad de hacer esa inversión. 



La adopción y el éxito del Plan Del Pino es lo mejor que le puede pasar al gobierno, a la oposición, a los que quieren suceder a Maduro y a los 30 millones de venezolanos que estamos sufriendo por el desabastecimiento y la inflación.


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